julio 25, 2013

Te siento a mi lado.

Era una tarde de verano... Ella buscaba arte y colores. No le importaba mucho lo que pensaran de Warhol y tampoco le importaba si sus propias pinturas eran criticadas por tener aminoácidos, protozoarios, moléculas, galaxias, supernovas, ecuaciones, , catálogos estelares, mapas celestes o si eran topológicamente incorrectas para ella era bellísimo y también era lo único que quería ver al final del día porque todo vibraba caóticamente manteniendo al mundo en un retorcido orden y en eso consistía el arte, no sólo en un capricho manierista sino en llegar hasta el final y causar una explosión cerebral, un disgusto o simplemente inspiración genuina, de esa inspiración genuina que nos hace hacer cosas increíbles y no darnos cuenta. Un día sólo vemos hacia atrás y nos preguntamos de qué modo llegamos tan lejos... y la respuesta consiste en que estábamos ocupados siguiendo la trayectoria del sueño que nos había inspirado, absortos, mentalmente célibes, claros y lúcidos... De repente estaba allí Marilyn de cabello magenta y dientes verde neón, glorificada y de 25 años. Estuvo cautivada y alerta tal vez por 15 o 20 minutos. Ella era una mujer entendida, letrada, independiente, pero nadie lo tiene todo y ella estaba por colapsar después del knock-out constante que es convertirse en adulto. Nos agotamos y ya no es tan fácil mantener vivo a nuestro yo ebrio, a nuestro yo loco a salvo. De un metro, siete decímetros, nueve centímetros y siete milímetros, le obsesionaba su cabello negro y su piel pálida, sus labios siempre eran de un magenta inolvidable y su cabello olía a frutos silvestres

-Hello, My Name is Richard Edwars Evans James... Do you like this?
-Yes. I like, I love colours
-Colors
-Oh Ok, got it. Nice to meet you, My name is Ann
-Ann?
-Well.. I like Ann. My real name is Ana Pinal
-Wow. I love Ana Pinal. It´s so exotic...

Ella estaba impactada, había conocido a muchos sujetos y sabía muchas cosas pero nadie nunca ni siquiera la había desafiado a usar su inglés primitivo. Richard tenía unos increíbles ojos azules aunque en ocasiones parecían del verde más sublime, él era todo un artista y por supuesto había sido el iconoclasta que había jugado con el cabello de Marilyn, hubo una conexión inmediata, Ann buscaba algo diferente y desafiante por el otro lado Richard estaba encantado con su acento extraño, su cabello negro con olor a frutos silvestres y su nombre exótico. Desde el primer momento no pudieron estar lejos uno del otro por días, era algo alucinante para Ann porque con él no se sentía acomplejada, por el contrario, se sentía halagada de poder atraer a alguien tan infinitamente distinto a ella. Con él no había paradigmas, las cosas no tenían precio, el sol no lastimaba su piel y no era de esta o aquella nación. Sólo eran dos terrícolas fascinados uno con el otro. Él venía de Inglaterra, la ciudades con las que Ann había soñado... tan místicas, tan elegantemente grises. Ciudades que habían inspirado a Ian, a Roger, a Gilmour y a Morrissey joyas como Love Will Tear Us Apart, Shine On Your Crazy Diamond o Hairdresser On Fire. Ann tenía sólo 22 años y a pesar de ser tan joven y a la vez tan mayor nunca había estado propiamente enamorada. En sólo 29 días Richard con sólo una maleta vintage tocó la puerta de Ann y ella lo dejó pasar, lo ayudó a instalarse y durmieron bajo su cama colgante con 18 focos amarillos de 45  Watts, era algo espectacular, todos los días iban a dar un paseo en bicicletas entre los árboles bajo las nubes blancas y su cielo cyan a estar aún más solos,  a recolectar moras y se dieron cuenta de que querían pasar toda la vida juntos después de ejecutar Supernovae de Vasarely en todos los muros de la recamara de Ann y de una guerra de pintura...