marzo 04, 2018

Siento La Cabeza Turbia.

Es domingo por la mañana, pero se parece más bien al final del mundo. 
Tú dijiste que todo estaría bien, pero yo siento cómo la tragedia comienza a escurrirse sobre mi piel.
Tú dijiste que todo estaría bien y aun ni siquiera he podido recordar como era estar viva.
Porque ahora eres la gravedad, la inercia, el fuego y también mi asesino. 
Gracias por tus ojos, que me aniquilan cada vez que atraviesan mi frágil existencia.
No pude encontrar el ritmo de la vida que iba a ser.

Es domingo por la mañana y veo que una mitad de mí ha comenzado a pudrirse. 
Es domingo por la mañana y estoy deseando que sea el último día.
Pero eso no puede ser, eventualmente ya sucedió y eso fue un domingo por la mañana.

Estoy anclando mis manos a mis ojos ciegos que no pueden verte más. Entrenando a mis dedos para sacarme los ojos cuando te vean volar otra vez.
 Alentándome hacia el final, el dolor culminante. El Nirvana.

Seré pronto el susurro de los árboles, el verde de la decepción y el dorado del orgullo.
Blanco y negro.
He querido llamarte y me he estrellado el teléfono en mitad de los ojos no sé cuantas veces. Sé que no debo hacerlo, sé que no llamarás tú. Quiero que explote ese artefacto en mis manos. Me detesto.

Pero es domingo por la mañana y aunque sabes que duele, no vienes a ver si estoy bien.
 Estoy por mi cuenta. Pero tú me hiciste olvidarlo un domingo por la mañana. 

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