diciembre 22, 2015

Poema para los extintos mejores amigos.

A veces creo que necesito que todo se vaya a la mierda para poder escribir un par de cosas decentes.
Me he cortado tres dedos porque me sorprendí pensando en que esto podría ser rentable.
Has despertado un martes por la mañana y te has preguntado quien diablos eres cuando monetizas cada rincón de tu cuerpo?
Supongo que esta lloviendo pero sólo sobre mí. Cierra la puerta y quema todos los puentes. Estaré dentro de mi casa recordando con una taza entre mis manos llena de café envenenado que me has preparado esta mañana recordando lo divertido que era ser misántropos, megalómanos y fumar telarañas.
Eso podía llamarse vida, esas cosas que ocurren bajo un árbol, esa sensación de poder usar todas las malditas palabras que salgan eructadas por la boca, el legítimo derecho a detestar, el estar bien estar perdidos. Armar un desfile con Corporal Clegg, pintar protozoarios, átomos y montañas de queso Camembert y ser capaces de venderlo como literatura, como arte, como ciencia. Ser OVACIONADOS. Éramos unos malditos hooligans enojados con sus madres , unas embusteras que inspiraban. Lo mucho que nos reímos cuando alguien más intentó probar éxito con nuestras hazañas pero no le funcionó porque no era genuino, como la locura de a dos. Festejar con helado de M&M's el simple hecho de ser tú, el simple hecho de ser yo.

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